viernes, 20 de julio de 2007

En la casa de Nada, las cigarras

El martes empezaron a zumbar las cigarras. Como en la primavera las flores en los cerezos, brotan en todos los árboles a un tiempo. Una que se adelanta es buena noticia: voz de inminencia, señal de que esperemos. Una espiga es todo el trigo (Octavio Paz: "Refranes") pero una flor no es todos los cerezos. Así las cigarras: de pronto una mañana se desata el escándalo en el pueblo.
     Hace poco más de dos años, a fines de junio, de paso en Kobe, decidimos de pronto, porque nos quedaba cerca, visitar la casa de Tanizaki. Una casa rentada de dos plantas en el distrito de Nada, donde vivió apenas dos años, pero que sirvió de modelo a uno de los escenarios centrales de Chijin no Ai y se conoce por eso como "la casa de Naomi". También ocurre ahí Sasame Yuki (que quiere decir "nieve ligera" pero se conoce como Las hermanas Makioka). Tenía, para ser japonesa, muy buen tamaño y la distribución parecía ideal para un escritor. No había nadie, además de la anciana que nos vendió las entradas y luego desapareció sigilosamente, así que nos atrevimos a sentarnos un segundo en el sofá de la biblioteca y luego me arrodillé un momento ante el mínimo escritorio del estudio. Afuera, en el jardín, sonaban las cigarras. No las habíamos escuchado hasta entonces en Kobe, y no volvimos a escucharlas fuera de ahí sino muchos días después, en Tokio.
     Luego, el abril siguiente, desmontaron la casa para trasladarla a un parque cercano, en Higashi Nada, donde también planeaban reconstruir la que el propio Tanizaki se había diseñado y que se vino abajo con el terremoto de 1995. No sé si lo han hecho.

1 comentario:

Guillermo Sheridan dijo...

La casa se ve preciosa, y la Monse no se diga.

Ignoro la razón, pero la foto me hizo no sólo imaginar el ruido de la cigarras, sino el aroma que deberá haber ahí.

Me alegro mucho por ustedes.

Abrazo,

G.S.